Cada proyecto empresarial tiene un inicio que puede variar a lo largo de su desarrollo, puesto que pueden cambiar los intereses y objetivos de la forma jurídica o haber partido con una visión ambigua respecto a la directriz de desarrollo.
En esto, la Reorganización Empresarial es fundamental, ya que permite ir más allá de una adecuación funcional y se ocupan de llevar a cabo procesos más complejos de reestructuración que involucra la reorganización, división o fusión de patrimonios.
Por ello, es importante conocer más a fondo las implicaciones de la reorganización empresarial, principalmente con las normativas actuales en nuestro país.
Algunos aspectos base de la Reorganización Empresarial
Es importante considerar algunos aspectos claves que debemos tener en cuenta para la funcionalidad de la Reorganización Empresarial.
Transformación
Refiere al cambio del tipo de sociedad o especie mediante una reforma de estatutos.
Esto no implica una disolución o modificación de derechos con terceros. Estos continúan como compromiso con la sociedad que continúa.
En una transformación se mantiene la personalidad jurídica, sólo cambia el régimen legal.
Para la realización de una transformación se necesita:
- Redactar una nueva escritura pública que constituya la sociedad en sociedad anónima.
- Se debe redactar el extracto de la misma escritura pública, autorizada por un notario.
- Inscribir en el Registro de Comercio.
- Publicar el extracto en el diario oficial.
Fusión
Cuando hablamos de una fusión nos referimos a la reunión de dos o más sociedades que se agrupan en una sola, generando una sola, donde se integran los patrimonios y accionistas fusionados.
Existen dos tipos de fusión:
Fusión por creación: donde el activo y pasivo de las sociedades que se disuelven se agrupan en una nueva sociedad.
Por incorporación: es cuando las sociedades que se disuelven son absorbidas por una sociedad existente, quedando con sus activos y pasivos, sin realizar liquidación de sociedades absorbidas o fusionadas.
División
Conlleva la distribución del patrimonio entre las sociedades primitivas y anónimas constituidas al efecto.
Para generar esta división, se disminuye el capital social y se distribuye entre la sociedad primitiva y la nueva sociedad, o más de una en algunos casos.
Se deben aprobar los estatutos de las nuevas sociedades, por lo que se deben reformar estos, según las exigencias para la transformación de sociedades.
Esta división se debe comunicar en el servicio de impuestos Internos (SII) de acuerdo al Procedimiento de Modificaciones y Avisos.
Para llevar a cabo una división ésta debe ser acordada por la junta extraordinaria de accionistas donde se debe aprobar la disminución del capital social y la distribución del patrimonio social de las sociedades nuevas y los estatutos que se creen para estas.
Cada decisión empresarial debe estar acompañada de una serie de tramitaciones, recopilar, comprender y evaluar las decisiones que se tomarán en función a las variaciones y rumbo de las sociedades empresariales.
Todo esto con el fin de poder desarrollar planes estratégicos que avalen estos cambios y posicionen los objetivos de crecimiento y adecuación según las necesidades o problemas que pueda presentar una empresa y que deben ser abordados por expertos.
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